Francisco ha realizado repetidos llamamientos a la paz en el país de mayoría cristiana y 12 millones de habitantes, que entre 2013 y 2018 se vio inmerso por una guerra civil. Antes de Juba, Francisco realizó una visita de cuatro días a Congo, donde condenó las "atroces crueldades" de los grupos armados.
El papa Francisco ha hecho este domingo un llamamiento a "deponer las armas" durante una misa al aire libre en Juba, la capital de Sudán del Sur, que marca el final de su gira africana. Y para ello ha elegido a este país africano desgarrado por la violencia y la miseria.
Durante su estancia de 48 horas, Francisco ha realizado repetidos llamamientos a la paz en el país de mayoría cristiana y 12 millones de habitantes, que entre 2013 y 2018 se vio inmerso por una guerra civil entre los partidarios de los dos líderes rivales, Salva Kiir y Riek Machar, que dejó 380.000 muertos y millones de desplazados internos. "Depongamos las armas del odio y de la venganza (...) superemos las antipatías y aversiones que, con el tiempo, se han vuelto crónicas y amenazan con contraponer las tribus y las etnias" ha dicho ante unos 70.000 fieles.
Antes de la misa, Francisco saludó y bendijo a la multitud durante un paseo en su papamóvil, al ritmo de los gritos de alegría y las panderetas.
Tras una oración ecuménica el sábado por la noche, muchos fieles pasaron la noche en el mausoleo de John Garang, que lleva el nombre del histórico líder de la rebelión sureña, fallecido en un misterioso accidente de helicóptero en 2005 y defensor de un Sudán federal unido, laico y democrático.
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