En La Casa Museo Ema Klabin, en Sao Paulo, hay dos páginas de un antiguo misterio del mundo del arte expuestas.
Son pergaminos acreditados a un personaje conocido como el "Falsificador español", quien imitó pinturas medievales entre finales del siglo XIX y principios del XX, y cuya identidad hasta el día de hoy se desconoce.
Es más: a pesar del apodo, ni siquiera se sabe a ciencia cierta cuál era su nacionalidad.
Con sus pinturas y manuscritos iluminados se encuentran dispersos en museos y bibliotecas de todo el mundo, los historiadores del arte y curadores los identifican gracias a algunos rasgos comunes, e inusuales en la Edad Media.
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