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A casi diez años de convertirse en papa, Francisco acelera su agenda y ya piensa en su legado

 


ROMA.- El papa Francisco cumplirá el próximo 17 de diciembre 86 años y en pocos meses, diez años de papado. Jorge Bergoglio fue electo pontífice el 13 de marzo de 2013, después de la histórica renuncia de Benedicto XVI, papa emérito.

Nadie duda de que, por su edad y tiempo al frente del timón de la barca, Jorge Bergoglio, el papa “outsider”, el primero que llega a Roma desde el otro lado del Atlántico, venido desde el fin del mundo, ha alcanzado lo que los vaticanistas llaman la “etapa de fin de pontificado”. Aunque reiteradas veces dijo que no tendría problemas en seguir el ejemplo de su predecesor alemán, llegado el caso de no estar en condiciones, también dejó claro que eso no está en su mente ahora.

Y lo que más llama la atención en el Vaticano es la aceleración que le ha impuesto a su pontificado, donde la consigna parece ser avanzar lo más rápido y no dejar asuntos pendientes. Contrariamente a lo que podría pensarse, o lo que ocurrió en la última etapa de san Juan Pablo II o de Benedicto XVI, Francisco no ha reducido su agenda ni el ritmo de trabajo, pensando en cuidar su salud y tomarse las cosas con calma, sino todo lo contrario. En los últimos meses y pese a sus problemas de movilidad por su dolencia en la rodilla derecha, ha habido una aceleración evidente.

El Papa Francisco, sentado en una silla de ruedas, es elevado en una plataforma para subir a un avión el 3 de noviembre de 2022 en el aeropuerto de Fiumicino de Roma, antes de partir para un viaje de cuatro días a Bahréin
El Papa Francisco, sentado en una silla de ruedas, es elevado en una plataforma para subir a un avión el 3 de noviembre de 2022 en el aeropuerto de Fiumicino de Roma, antes de partir para un viaje de cuatro días a Bahréin - Créditos: @ANDREAS SOLARO

Su programa diario es cada vez más intenso, frenético. Todos los días recibe personas, tanto en la agenda pública, la que sale en el boletín oficial, como en la personal -la que maneja él, sin intermediarios- y que suele terminar por la tarde.

Descansa lo mínimo, se la pasa recibiendo en audiencia jefes de Estado y de gobierno, diplomáticos, prelados, congregaciones, grupos. Concede entrevistas sin parar a diversos medios -seguramente se ha vuelto el Pontífice que más entrevistas ha dado-, asiste a convenios, envía cartas y sigue viajando o planeando viajes, con silla de ruedas, andador y bastón a cuestas. Sin contar que se somete a sus varias sesiones de fisioterapia para su añejo problema de ciática y el más nuevo, de la rodilla. Pero no pierde ni el humor ni el sueño por todo eso.


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