La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando abre las puertas a uno de sus hijos pródigos en una exposición que muestra los orígenes del pintor
Lo que ahora es la diáfana sala de las esculturas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) hace más de un siglo era una espléndida clase en la que empaparse de la sapiencia y del buen hacer de profesores-pintores como Luis Menéndez Pidal.
Allí, bajo una lámpara de gas, los aspirantes a artistas escuchaban las lecciones de sus maestros. Luego ensayarían con los vaciados y proseguirían, o no, con sus incipientes carreras.
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