Uruguay enfrenta un delicado problema que evoca los tiempos de la Segunda Guerra Mundial: ¿cómo vender un águila de bronce que perteneció a un acorazado nazi?
La cuestión se debate ahora después de que la justicia uruguaya ordenara al Estado enajenar esa pieza, que tiene una esvástica bajo las garras del ave, para pagar a quienes la extrajeron del fondo del Río de la Plata.
El emblema pertenecía al Almirante Graf Spee, un sofisticado buque de guerra del Tercer Reich hundido en la bahía de Montevideo tras una batalla con naves británicas en 1939.
Para el gobierno uruguayo el tema se ha vuelto más pesado que las tres toneladas que marca en la balanza esa escultura de bronce y alas extendidas.
Tanto Alemania como organizaciones judías advierten que hay un riesgo de que el símbolo vaya a una subasta y contribuya a ensalzar al nazismo.
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