Cuando los europeos llegaron a Rapa Nui, a la que llamaron Isla de Pascua, se encontraron con muchas sorpresas. Algunas muy famosas, como los Moais o cabezas gigantes. Pero una que llamó mucho la atención a los marineros era que los habitantes de esta isla bebían directamente del mar.
Porque los marineros sabían que beber habitualmente agua del mar no es una buena idea. Por su composición, el agua del mar no es "potable". El alto contenido en sales del agua salada acaba afectando a la salud.
Entonces, ¿cómo es posible que los habitantes de Rapa Nui bebiesen del mar? Porque sacaban el agua del mar, pero no sacaban agua marina. Por el tipo de terreno que se da en la Isla de Pascua, todo el agua de lluvia - la mal llamada "agua dulce" - se infiltra y queda inaccesible.
Hasta que llega a la costa. Cuando alcanza la costa, este agua forma balsas, filtraciones, de agua perfectamente potable, que es lo que los habitantes de la Isla de Pascua recogían para beber y usar en su vida diaria.
Esto es muy interesante, pero es que además tiene una aplicación a día de hoy. Un estudio reciente ha aprovechado las tecnologías actuales para volver a estudiar cómo los habitantes de esta isla conseguían agua, y a partir de ello sacar conclusiones.
Empleando drones equipados con cámaras térmicas, los autores del artículo han sido capaces de sistematizar la búsqueda de balsas de agua dulce que se producen como resultado de las infiltraciones de la lluvia en el terreno.
Pero lo interesante no es eso. Lugares como la Isla de Pascua son especialmente sensibles a los periodos de sequía. Como decíamos antes, no cuentan con ríos ni lagos, por lo que las épocas de sequía tienen un efecto tremendo.
Sabiendo dónde se producen las filtraciones costeras de agua "dulce" se puede recuperar ese agua para transportarlo al interior de la isla. Y así emplearlo para beber, o en la agricultura, o para cualquier actividad para la que sea necesaria.
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