El tirón del turismo nacional ha permitido salvar los muebles de una campaña de verano marcada aún por la ausencia de viajeros extranjeros, un año y medio después de la irrupción de la pandemia de coronavirus. Precisamente esa falta de turistas internacionales, todavía reticentes a volver a España, preocupa a las empresas del sector de cara a los próximos meses, que alertan de que el verano ha sido “un espejismo de recuperación” que anticipa un cierre de año “muy complicado”.
Así de tajante se mostró la pasada semana el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Jorge Marichal, durante un encuentro en Oviedo. A su juicio, las cifras estivales del sector son “agua pasada que aliviaron momentáneamente” algunas zonas de España como el interior peninsular, la cornisa cantábrica, Galicia o algunos puntos de Andalucía, donde este verano se han registrado cifras turísticas similares o superiores a las de 2019. En otras, por su parte, se ha detectado una actividad media con predominio de las escapadas cortas y visitas de turistas nacionales y extranjeros, como es el caso de las playas.
Mientras que en aquellos puntos con una importante planta hotelera que depende en gran medida del turismo internacional, como es el caso de Baleares, Costa Brava, Comunidad Valenciana, parte de la Costa del Sol o Canarias, el verano ha sido “muy flojo”, según CEHAT, debido a la caída de turistas internacionales: no se ha alcanzado ni el 40 % de las pernoctaciones extranjeras registradas en 2019 y no se espera alcanzar ni el 50 % de la facturación ni de la contribución al PIB que se registró en 2019.
No obstante, según apuntan los datos publicados por la Encuesta de Coyuntura Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE), los datos muestran una ligera recuperación del turismo este verano, después de las malas cifras del año pasado: en agosto se han superado los 34,5 millones de pernoctaciones hoteleras en España, la mayor cifra de los últimos 15 años -un 103,8 % más respecto al mismo mes de 2020-. Se trata de un crecimiento algo menor que en julio -125 %-, pero que permite sumar más de 60 millones de noches consumidas en los meses centrales del verano.
“La campaña de verano ha tenido varias fases. El optimismo con el que se inició se vino abajo por la quinta ola y las restricciones de Reino Unido, que provocaron un varapalo y cierta desesperación en el sector”, asegura a RTVE.es el profesor de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en turismo, Pablo, Díaz. “No obstante, gracias al turismo nacional, la vacunación, la liberación de las restricciones en la Unión Europea (UE) y la relajación del semáforo británico, el final del verano ha despertado y ha habido un poco más de optimismo; además, se ha alargado la campaña hasta finales de septiembre”, añade.
El turismo extranjero continúa a medio gas
En la otra cara de la misma moneda se sitúa el turismo internacional que, aunque ha anotado un repunte respecto al año pasado, aún está lejos de alcanzar las cifras registradas antes de la irrupción de la COVID-19. A falta de cerrar las estadísticas oficiales del mes de agosto, en junio España recibió 2,2 millones de turistas internacionales -más de diez veces por encima de los 204.000 que vinieron en ese mes del año pasado-, mientras que en julio hicieron lo propio cerca de 4,4 millones de visitantes, lo que supone un 78,3 % más que en el mismo mes de 2020.
“Este año no han venido y las camas se han quedado vacías“
Sin embargo, la cifra aún está lejos de los 8,83 millones de junio y los 9,9 millones que llegaron en julio del pasado año. “En España tenemos capacidad para ocupar anualmente a 80 o 90 millones de turistas extranjeros. Este año no han venido y las camas se han quedado vacías”, recalcó el secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, Ramón Estalella, quien cree que estos datos afectarán de forma importante al sector.
“El segmento turístico vacacional que intentaba alargar la temporada hasta noviembre o diciembre no podrán hacerlo este año por falta de demanda. Y a esto se une que el IMSERSO no arrancará en octubre y que las restricciones a los viajes y las trabas a la movilidad impiden aún que podamos recibir turistas internacionales”, declaró, lo que implica en su opinión que hay muchos empresarios pensando ya en cerrar sus establecimientos.
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