Si como dicen los autores del documental 'Raphaelismo' este movimiento es casi una religión, Raphael vendría a ser un semidiós.
El artista, sin embargo, ha ofrecido este domingo en San Sebastián una imagen de deidad modesta, accesible, pero orgullosa de que el público pueda conocer mejor una carrera impresionante: «Una de las razones de hacer el documental es para que la gente se informe, porque no es lo mismo que te cuenten las cosas a que las veas tú de fuentes directas, como las grabaciones que me hacían mis hijos cuando eran chiquitos», cuenta en conversación telefónica con ABC.
En el festival de cine solo se ha proyectado el segundo capítulo, un anticipo de los cuatro episodios que Movistar+ estrenará en 2022, con vocación de dejar el legado definitivo sobre su vida y su carrera, después de cumplir 60 años en los escenarios.
Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, que tienen reciente el éxito de 'Anatomía de un dandy', sobre la figura de Francisco Umbral, son los responsables de la serie, que nace de una inquietud: «¿Qué nos queda por saber de Raphael? ¿Qué podemos contar que no se haya contado?».
El propio cantante y su familia han resuelto el problema, al abrirse como nunca: «Rompemos una lanza por él porque además no nos ha cambiado una sola coma, y no porque fuera un retrato amable.
Toda persona tiene luces y sombras y eso lo ha respetado completamente. Al principio, nos daba miedo que no quisiera hablar de los fracasos o de las cosas malas de su vida, pero por suerte se ha involucrado al máximo, dejándonos entrar en su casa, con unas entrevistas a corazón abierto, emocionándose».
Raphael entiende que su actitud era la única posible: «No creo conveniente quitar nada. La palabra censura no debería existir.
Las cosas se pueden decir bien o mal. Si las dices bien, todo puede escucharse». En su caso, no siempre le dejaron decirlo todo, porque eran otros tiempos, pero incluso en esto se muestra constructivo: «Yo tuve censuradas dos o tres canciones. Cambiaron un poco la letra y funcionaban exactamente igual. No voy a quejarme de nada».
Lo que pasa en Las Vegas...
Ya que estamos, el segundo capítulo cuenta algo de lo que vivió en Las Vegas en 1970, pero no todo.
En la serie habla de que había «demasiado jaleo y whisky». Hay otra frase significativa: «Yo no estaba en mis cabales, siendo lo más sincero que puedo...». «Mi señora madre es quien está por medio», aclara Raphael. «Hay que verlo. Fue un mal momento que yo elegí para que ella me acompañara en un viaje tan largo y pesado. Eran tres conciertos diarios.
No fue agradable. Fue una equivocación por mi parte. Ya le pedí perdón en su momento. Pero yo no estaba malo. Se dijo que estaba agotado y no, lo que estaba era de muy mala leche».
0 Comentarios